Los restaurantes, bares y cafeterías están experimentando un cambio progresivo en su metodología de trabajo. Si es cierto que todavía quedan muchos establecimientos típicamente tradicionales, no hay que obviar la capacidad de otros negocios que, mediante una inversión tecnológica, se reinventan y mejoran la eficiencia en el trabajo. Hoy vamos a tratar varios temas con respecto a la alta tecnología, robótica y demás, que se está usando en distintos establecimientos del sector hostelero.

La implantación de tecnología, según diversos estudios, puede cubrir hasta el 75% de las tareas realizadas por personas, pero esto no quiere decir que se tengan que perder 3 de cada 4 puestos de trabajo, sino que lo que hace un trabajador, ayudado por un robot, es más eficiente y, por lo tanto, se gana más tiempo que si la tarea la realizan dos personas. En resumen: no menos trabajadores, sino más tiempo para atender bien al cliente.

Muchos trabajadores puede que estén preocupados por la continua innovación en robótica y maquinaria capaz de sustituir ciertas tareas automáticas, pero lo cierto es que la personalización de los servicios está en alza. La mayoría de los clientes prefiere una atención personalizada, resolviendo sus demandas particulares y recibiendo un trato real.

Cogiendo como referencia los datos económicos, por ejemplo, de Canarias, para el nivel de vida que llevamos, es muy improbable que un establecimiento invierta unos 35 mil euros en la confección de un brazo robótico que, por ejemplo, limpie mesas, cobre comandas, haga cafés, etc.

No hay que olvidar que la robótica se programa y no reflejan emociones como las personas. Si por ejemplo, como barista, un cliente te pide el mismo tipo de café cada día, desde que entra por la puerta se lo puedes estar preparando. Esta atención a los detalles es primordial para fidelizar un cliente.

Un problema que puede darse en la sustitución de robots por camareros se da en cuanto a los desplazamientos por el local. Un obstáculo no previsto, un niño corriendo, el derrame de líquidos u otros elementos propios del servicio, pueden ocasionar más inconvenientes que ventajas.

Por eso, nuestra apuesta por la tecnología es firme. La conciencia sobre lo que necesita el cliente, también.